¿Los videojuegos te hacen realmente violento?
Con el auge de los e-sports y el aumento de las comunidades gamers en la red, revivió otra vez el debate sobre si los videojuegos provocan violencia en la vida real. Esta discusión es tan antigua como los videojuegos mismos. Con el paso de los años, títulos como: Mortal Kombat, Grand Theft Auto y Call of Duty han sido acusados de fomentar comportamientos agresivos entre los jugadores. Sin embargo, una mirada más profunda y basada en evidencia revela que esta relación no es tan sencilla como parece.
La naturaleza del debate
Desde los años 90, con la llegada de juegos más realistas y violentos, nació una preocupación creciente sobre su posible impacto negativo en los jugadores. Políticos, padres y medios de comunicación a menudo han señalado a los videojuegos como chivos expiatorios en incidentes de violencia juvenil. Pero, ¿qué dice la ciencia sobre esta relación?
Evidencia científica
Numerosos estudios han intentado abordar esta cuestión, con resultados diversos. Un estudio de la Universidad de Oxford en 2019, que analizó a 1,004 adolescentes y sus padres, encontró que no había una relación significativa entre el tiempo de juego y el comportamiento agresivo.
Por otro lado, una revisión de 2015 publicada en la American Psychological Association (APA) concluyó que existe una pequeña asociación entre los videojuegos violentos y el aumento de comportamientos agresivos en menores de edad. Sin embargo, también enfatizó que la violencia en videojuegos no es el único ni el principal factor que contribuye a la agresión, destacando la complejidad de este problema.
Los videojuegos son relativamente recientes y su impacto debe ser estudiado a largo plazo. Un estudio longitudinal publicado en Developmental Psychology en 2020 siguió a un grupo de adolescentes durante diez años. Los resultados mostraron que los adolescentes que jugaban videojuegos violentos no eran más propensos a exhibir comportamientos agresivos o violentos en su vida adulta.
Este estudio refuerza la idea de que, aunque los videojuegos pueden ser intensos o gore, no necesariamente tienen un impacto duradero en la mayoría de los jugadores. De hecho, muchos jugadores encuentran en los videojuegos una forma de desahogo, no un estímulo para la violencia.
Asimismo, si vemos el panorama global, varios de los países en donde más se consumen videojuegos como: Japón y Corea del Sur no destacan por ser especialmente violentos, de hecho son considerados dos de los países más pacíficos del mundo.
Una de las mayores dificultades al analizar este tema es diferenciar entre correlación y causalidad. Cuando un adolescente juega videojuegos violentos o muestra signos de agresión, no siempre significa que los videojuegos sean la razón de su comportamiento. Hay muchas razones por las que alguien puede actuar de manera agresiva, y los videojuegos son solo una parte de la ecuación. Otros factores como el entorno familiar, problemas escolares, y trastornos mentales pueden predisponer a los gamers a mostrar comportamientos violentos.
Beneficios cognitivos y sociales.
Más allá de la violencia, los videojuegos ofrecen numerosos beneficios cognitivos y sociales. Juegos como: The Legend of Zelda: Breath of the Wild fomentan la resolución de problemas y la creatividad, Minecraft permite a los jugadores construir y explorar mundos, promoviendo la colaboración y la planificación estratégica.
En el ámbito social, los juegos multijugador como Fortnite y League of Legends permiten a los jugadores desarrollar habilidades de trabajo en equipo y comunicación. Además, durante la pandemia de COVID-19, los videojuegos sirvieron como una herramienta crucial para mantener a las personas conectadas, proporcionando un espacio seguro para la interacción social cuando el contacto físico no era posible.
Muchos jugadores ven los videojuegos como una forma de escapar del estrés cotidiano. Un estudio de la Universidad de York, encontró que los videojuegos pueden proporcionar una forma de relajación y alivio del estrés, similar a otras formas de entretenimiento como ver películas o leer libros.
La responsabilidad de los desarrolladores y la industria
Aunque la evidencia no apoya la idea de que los videojuegos causan violencia, la industria del juego tiene la responsabilidad de considerar el contenido que produce. Los sistemas de clasificación, como el ESRB en Estados Unidos, ayudan a los consumidores a tomar decisiones informadas sobre qué juegos son apropiados para diferentes edades.
Además, muchas compañías de videojuegos están implementando medidas para promover el juego saludable. Por ejemplo, Nintendo y Microsoft ofrecen herramientas de control parental que permiten a los padres monitorear y limitar el tiempo de juego de sus hijos.
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En conclusión
La idea de que los videojuegos causan violencia es una simplificación excesiva de un problema complejo, con muchos matices. Si bien algunos estudios sugieren una pequeña correlación entre los juegos violentos y la agresividad, la mayoría de la evidencia indica que los videojuegos no son un factor significativo en la violencia del mundo real. De hecho, los videojuegos ofrecen numerosos beneficios, desde mejoras cognitivas hasta oportunidades de interacción social. En Netlife sabemos que no hay mejor manera para conectar con amigos y compañeros que jugando, por eso te brindamos un Internet que te permita jugar sin interrupciones, además de herramientas digitales para controlar el tiempo que tus hijos juegan en línea.